Otacool: La serie de libros que conectó al mundo otaku
En un mundo donde el término otaku solía asociarse exclusivamente con Japón, una editorial se atrevió a mirar más allá de las fronteras y mostrar que el fanatismo por el anime, el cosplay y la cultura pop japonesa era un fenómeno verdaderamente global. Esa editorial fue Kotobukiya, y la serie que lo logró se llama OTACOOL: una colección de libros que cambió la forma en que el mundo veía a los otakus internacionales.
¿Qué es OTACOOL?
OTACOOL es una serie de libros temáticos publicada por Kotobukiya, una reconocida empresa japonesa de figuras coleccionables. La palabra OTACOOL es un acrónimo de “otaku” y “cool”, y resume perfectamente la misión de los libros: demostrar que ser otaku también puede ser algo moderno, creativo y culturalmente valioso.
La serie fue curada y promovida por Danny Choo, blogger británico radicado en Japón y una figura influyente en la difusión de la cultura otaku al extranjero.
Otacool 1: Worldwide Otaku Rooms
El primer volumen de la serie (Otacool 1) se centra en las habitaciones otaku de todo el mundo. Fue lanzado en 2009 y causó sensación por su propuesta original: fanáticos de distintos países enviaban fotos de sus habitaciones llenas de mangas, figuras, posters, consolas, escritorios y decoraciones geek.
¿Qué lo hizo especial?
- Rompió el estereotipo del “otaku japonés encerrado”.
- Mostró que el coleccionismo y la pasión otaku existían en lugares como Alemania, Estados Unidos, México, Brasil y más.
- Inspiró a miles de fans a decorar y compartir sus propios espacios en foros como MyFigureCollection, 4chan, y más tarde Reddit.
Fue más que un libro: fue una ventana global a un estilo de vida.
Otacool 2: Worldwide Cosplayers
El segundo volumen (Otacool 2, publicado en 2010) llevó la visión aún más lejos al enfocarse en cosplayers de todo el mundo.
Este volumen incluyó:
- Fotos de alta calidad de cosplayers profesionales y amateurs.
- Perfiles breves con información sobre los personajes representados.
- Un enfoque visual, artístico y cultural.
¿Por qué marcó un antes y un después?
- Fue el primer libro japonés en visibilizar a cosplayers occidentales con seriedad.
- Incluyó a figuras que luego se volverían legendarias en el mundo del cosplay, como Linda Le (Vampy Bit Me).
- Sirvió de plataforma para que muchos cosplayers fueran invitados a convenciones internacionales.
Otacool 2 ayudó a legitimar el cosplay como forma de arte y expresión internacional.
Otacool 3: Worldwide Illustrators
El tercer volumen se enfocó en artistas digitales y dibujantes fanart de todo el mundo. Con un estilo más parecido a un artbook, Otacool 3 reúne:
- Ilustraciones originales inspiradas en anime, manga y videojuegos.
- Portafolios de artistas emergentes y consolidados.
- Comentarios sobre técnicas, software y estilo personal.
Otacool 3 fue muy valorado dentro de la comunidad creativa, especialmente por quienes usaban plataformas como DeviantArt y Pixiv.
Impacto cultural de la serie
Más allá de los libros, OTACOOL dejó una huella duradera en la cultura otaku global:
- Democratizó el término “otaku”, mostrando que no era exclusivo de Japón.
- Fomentó una comunidad internacional que se sentía reconocida, validada y conectada.
- Fue pionera en lo que hoy vemos en redes como Instagram o TikTok: la celebración visual de la cultura otaku desde cualquier lugar del mundo.
Para muchos fans, verse reflejados en un libro japonés fue algo impensable hasta que apareció Otacool.
¿Dónde conseguir los libros hoy?
Aunque los libros ya no están en circulación masiva, todavía puedes encontrarlos en:
- Amazon Japón o eBay
- Tiendas de coleccionismo de segunda mano
- Foros de comunidades otaku
Son objetos de colección muy valorados por lo que representaron: el inicio de una cultura global del fandom.
La serie Otacool fue mucho más que una colección de libros sobre cultura otaku. Fue un símbolo de apertura, diversidad y reconocimiento. Mostró al mundo que los fans del anime, el manga, los videojuegos y el cosplay existen en todos los rincones del planeta, y que merecen un lugar en la narrativa cultural japonesa.
En una época donde la globalización del anime aún daba sus primeros pasos, Kotobukiya y Danny Choo ayudaron a tender un puente real entre Japón y los millones de fans que esperaban ser vistos
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